Las Siete Fases del Alzheimer

Describimos la más ampliamente aceptada clasificación sobre las etapas del alzheimer, adoptando la descripción de Barry Reisberg y aglutinando diversos portales de información. Las fases del alzheimer van desde una percepción subjetiva de problemas de memoria a un deterioro prácticamente total del sistema cognitivo.

Primera fase del Alzheimer: Normal

Partamos de la base de que a cualquier edad las personas pueden estar libres de síntomas objetivos o subjetivos de decadencia cognitiva y funcional. Así como los cambios conductuales asociadas a tal deterioro. A estas personas las denominaremos sanas y estarían en la etapa 1 o normal del alzheimer.

Segunda fase del Alzheimer: Fase de olvidos benignos asociados a la edad

Más de la mitad de la población de personas de más de 65 años verbaliza quejas subjetivas de problemas cognitivos o funcionales. Estas personas observan en sí mismos dificultades para recordar nombres; a menudo, creen que no pueden recordar dónde han dejado cosas tan bien como antes.

Es común asimismo conflictos a la hora de concentrarse y encontrar palabras exactas para comunicarse. A pesar de que para esta situación la terminología es extensa, el término olvidos benignos asociados a la edad se considera como el más afinado. Como se expresa, los olvidos son benignos y no suponen relevantes para el entorno.

Como apunte, se considera aceptada la conclusión de que estas personas con estos síntomas sufren mayor decadencia a ritmo mayor que las de edades parecidas y sanas, que no expresan quejas subjetivas de memoria.

Tercera fase: Deterioro Cognitivo Leve

Consiste en un conjunto de síntomas sutiles pero que ya son observados por el entorno más cercano. Estos déficits pueden manifestarse de diversos modos, y como ejemplo paradigmático se plantea el repetir preguntas una y otra vez.

En las personas que todavía trabajan se da habitualmente un descenso en su rendimiento. Cuando se les exige aprender nuevas habilidades, suelen toparse con incapacidad, por ejemplo en las tecnologías.

En las personas aquejadas que ya no trabajan, pero mantienen un alto ritmo social, puede observarse una dificultad grande para organizar, cenas o comidas por ejemplo. La dificultad para concentrarse, y otros factores cognitivos, a menudo provocan ansiedad en la persona.

Una proporción de estas personas no deteriorará. Y el pronóstico para las demás oscila entre los 2 y 4 años, en los que se producirá un deterioro evidente, y es en este intervalo que se manifestarán claros síntomas precursores de demencia.

Es común que se acuda al médico para tratar estos síntomas a la mitad o final de esta etapa, pues en personas que no realizan tareas complejas, ya profesionales o sociales, no se observará evidencia, o si la hay puede resultar muy sutil.

Aunque la progresión hasta la siguiente fase del Alzheimer en personas con deterioro cognitivo leve ocurre de 2 a 4 años, la duración real de esta etapa gira en torno a los 7 años cuando significa un preámbulo a la demencia, que más tarde se torna evidente.

Cuarta fase: Etapa leve

La carencia más significativa en los pacientes de esta fase es la limitación en sus capacidades para realizar tareas complejas o instrumentales. Por ejemplo, entroncan con grandes problemas para preparar comidas para sí mismos o familiares, manejar dinero… El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es posible realizarlo con mucha precisión ya en esta fase. También está caracterizada, esta etapa, por la ayuda que necesitan para desenvolverse, así como la necesidad de la supervisión del cónyuge o familiar más allegado. La duración media es de dos años.

Se hacen evidente los síntomas del Alzheimer en situaciones como recordar fechas importantes, un acontecimiento relevante reciente o la visita de un familiar de hace poco tiempo. Asimismo, pueden caer en errores al situar el día, mes o año en curso.

No obstante, conservan ciertas capacidades memorísticas, como recordar su misma dirección, condiciones del clima o informaciones superlativas, jugadores de su equipo de fútbol, nombre del presidente del gobierno, etc. No obstante las dificultades que encuentra, puede sobrevivir de modo autónomo en la sociedad, pese a que a la hora de comprar o pedir un menú delegue en la pareja la responsabilidad, mostrando con rotundidad carencias.

Emocionalmente se encuentran en el llamado aplanamiento afectivo: parece afectivamente menos sensible. Esto es debido a la negación de su déficit, ya notable, y emocionalmente ejecuta esta estrategia para defenderse y no sufrir. El paciente es consciente de sus problemas, y la disminución de su capacidad intelectual resulta colosalmente dolorosa. Así, intenta ocultar su declive, incluso engañándose a sí mismo. Todo deriva en cambios anímicos y conductas de defensa, como no participar en conversaciones.

Quinta fase: Moderada

Las tareas diarias no pueden ser ejecutadas sin ayuda, y las carencias se hacen evidentes para necesitar socorro en cuestiones básicas. El paradigma de esta circunstancia se explica en la ropa, ya que puede ocurrir que empiece a repetir prendas todos los días. Tienen dificultades para escoger el vestido conforme a las condiciones climatológicas y circunstancias personales. Esta fase tiene una duración media de un año y medio.

Los pacientes se vuelven dependientes, y si viven solos requieren de supervisión para la preparación de las comidas, el manejo económico y estar al día de cobros periódicos. Se da en este periodo que los que viven solos pueden ser víctimas de estafas. Las personas que viven solas, y que no reciben apoyo adecuado, se vuelven irascibles y desconfiadas.

En esta fase los pacientes no pueden recordar grandes acontecimientos y aspectos de su vida actual, como los susodichos nombres del presidente o de jugadores de su equipo de fútbol. Tampoco su dirección actual o condiciones ambientales. Es propio de los síntomas del Alzheimer que algunas informaciones se recuerden y otras no, o rememorarlos en un momento y no en otro.

La memoria remota sufre asimismo declive. A veces no se puede recordar el nombre de la escuela a la que fueron de niños, y la orientación está seriamente complicada. En el cálculo se da un deterioro de magnitud extrema.

Sexta Fase: Moderadamente Grave

La capacidad para acometer actividades básicas de la vida diaria se ve muy comprometida. Funcionalmente se establecen 5 etapas en esta fase, que aproximadamente se da en 2,5 años.

1. Se suma a la dificultad de escoger la ropa el auxilio que requieren para ponérsela correctamente; se la pueden poner al revés, vestirse en orden incorrecto.

2. Ya no pueden bañarse de forma autónoma. Ajustar la temperatura del agua es el problema más característico. Asimismo, empiezan a tener problemas en la ejecución de la higiene dental.

3. Pérdida de capacidad de los enfermos de desenvolverse en el baño.

4. Incontinencia urinaria.

5. Incontinencia fecal. Al principio puede ser controlada llevando repetidamente al baño al enfermo, y debe ser elaborada una estrategia como usar ropa de cama adecuada o pañales, todo adecuado a las actuales circunstancias.

6. En esta fase los síntomas cognitivos son severos, y el enfermo puede confundir familiares, como su madre con su esposa, o sencillamente no reconocer a miembros cercanos de la familia. Puede sin embargo recordar datos como su nombre, el país de procedencia, o su anterior ocupación. Se muestran incapaces de contar desde el 10 hasta al cero.

Hacia el crepúsculo de esta fase el lenguaje se malogra evidentemente, los súbitos cambios de ánimo son habituales, ya como consecuencia neuroquímica como estrategia psicológica del enfermo delante de sus circunstancias.

Se da el caminar errático, la inquietud general, movimiento de objetos y conductas sin fin objetivo. Como resultado de miedo y frustración, pueden llegar a expresarse violentamente. Al final de esta etapa el paciente tartamudea y su expresión verbal es muy limitada.

Séptima Fase: Severa

También aquí se subdivide en 6 sub-fases.

1.El enfermo solo muestra capacidad de pronunciar seis palabras entendibles en un diálogo o contacto. Puede durar un año.

2. El lenguaje declina de tal manera que solo puede pronunciar una palabra. Esta etapa puede prolongarse 1,5 años.

3. Tras el lenguaje, el caminar se pierde sin remisión. Puede llegar a durar 1 año.

4. Se añade al no poder caminar el no poder sentarse de forma independiente. Duración de hasta 1 año.

5. Si el enfermo vive, pierde la habilidad de sonreír, observándose tan solo muecas faciales. Duración media de 1,5 años.

6. Incapacidad de sostener la cabeza, permanece inmóvil. Es habitual que la persona muera en esta etapa, aunque con un cuidado intensivo y adecuadísimo puede sobrevivir 2 años.

En esta séptima fase los cambios físicos y neurológicos son enormes. La rigidez física supone la precursora de deformaciones, en forma de contracturas que impiden rango de movimiento activo de las articulaciones. Aparecen también reflejos primitivos o infantiles, propios de bebés, como prensión, succión o plantar de extensión. Al revés que un bebé, en un enfermo de Alzheimer y por constitución física, estos reflejos pueden resultar incómodos y menoscabar el ánimo del cuidador.

A menudo el enfermo fallece en esta fase, y como causa frecuente amanece la neumonía, o infección por úlceras de presión. Se establece que los enfermos son más vulnerables a morir de causas frecuentes en adultos mayores, como el accidente cerebrovascular o cáncer. En otros casos no se puede establecer otra causa de muerte que la propia enfermedad de Alzheimer.